¿Mala leche? Bébetela!

Últimamente nada te viene bien, parece que el universo está conspirando contra ti. Seguro que eres la única persona que ha demostrado que todas las leyes de Murphy son ciertas, y sobre todo aquella de: «Si algo puede salir mal, saldrá».

Detente un segundo. Respira hondo. Para que la vida te sonría, sonríe tu primero. Ármate con cuchillo y tenedor porque esto tiene solución.

¿Que hay de nuevo, viejo? 

El triptófano y sus colegas vuelven a hacer de las suyas’. Podría ser la portada del periódico sensacionalista de ‘Erase una vez la Vida’ tras haber ingerido tu delicioso bocata de Nocilla (¿ha sonado la campanilla del perro de Paulov? seguro que ya estás salivando).

Al igual que el estrés y el sueño, nuestro humor esta en parte regulado por nuestro cerebro. Los neurotransmisores, encargados de transmitir la información, activan los diferentes estados de humor. Existen bastantes neurotrasnmisores, pero solo unos pocos pueden ser sensibles a la dieta.  ¿Qué te parece si nos aprovechamos de  estos ‘infiltados’ y manipulamos a los altos mandos? Creo que, en este caso, no sería hacer trampa.

sujeto 7892: alias, SEROTONINA

  •  Antecedentes:A partir del triptófano, presente básicamente en las proteínas, se sintetiza la serotonina, a partir de la cual obtendremos la hormona: melatonina (parece el árbol genealógico, 😉 ). Los déficit de esta hormona, están asociados con insomnio y depresión, así que ya te imaginas por donde va la cosa.
  • Lugar de residencia: Leche, carne, pescado, huevos, plátanos y dátiles.

sujeto 1893: alias, DOPAMINA

  • Antecedentes: Hijo de la fenilalanina y hermano de la norepinefrina. (seguimos con el arbol genealógico).Este neurotransmisor favorece la actividad y la vitalidad, además ayuda con la búsqueda del placer. Cuando su liberación se dificulta puede aparecer desmotivación, indecisión e, incluso, depresión. Sin embargo, con altos niveles somos capaces de disfrutar, estar motivados y tener buen humor.
  • Lugar de residencia: soja (y todos sus derivados), requesón, pavo, almendras, cacahuetes y semillas de sésamo y de calabaza.

 

Aaaa..Suca!

No todo va a ser tener explotado al pobre cerebro, también tienes que darle de comer. El principal alimento de tu máquina de pensar es la glucosa, que proviene de los hidratos de carbono que ingieres. Es decir: mucho pan, cereal, patatas, pasta… Si además, esos azucares que te metes p’al cuerpo, son de liberación lenta; mejor que mejor, ya que mantendrás indices glucémicos más estables y con ello evitarás altibajos emocionales.

 

A parte de favorecer la liberación de estos neurotransmisores y ‘dar de comer’ a nuestro cerebro, es importante que lleves una alimentación equilibrada. Una carencia de vitaminas o minerales puede manifestarse como apatía, desgana, irritabilidad, nerviosismo y depresión. Y seguro que no quieres eso ¿verdad? Pues aquí tienes unos cuantos alimentos ‘anti-depresivos’ que te ayudarán de un modo equilibrado.

  • Vitamina C: La carencia de esta se traduce en una sensación de fatiga más o menos crónica y en un sentimiento de tristeza. Toma naranjas, mandarinas, kiwis, papaya,… cítricos en general.
  • Calcio: A parte de osteoporosis, no ingerir el suficiente, provoca sensación de fatiga y mayor excitabilidad. Ya sabes, a por los lácteos, acelgas y  sardinas(¡espinas incluidas!)
  • Hierro: un déficit de este produce anemia, caracterizada por la falta de ánimo. Come regularmente espinacas, coles, lentejas y frutos secos.
  • Vitaminas B: tienen especial importancia durante periodos depresivos, así que mejor que te surtas con: levadura de cerveza, hígado, huevos y algas espirulina.

 

Por Dios… ¡¿dónde está el chocolate?!

Pensabas que me iba a olvidar del anti-depresivo por excelencia: rico en hierro y magnesio; aunque me da, que lo que realmente le subió al trono fue su adictivo sabor. El chocolate, como todo, en su justa medida funciona. Así que no te pases con la excusita de que hoy tienes un día bajo. Si piensas ‘auto-medicarte’ con esos pedacitos de felicidad, intenta que contengan al menos 70% cacao, te vendrá mejor y tus dientes te lo agradeceran.

 

Se te están acabando las escusas con cada post (serie Comida y Hormonas):

  • Cuando te quedes dormido en mitad de una reunión: no podrás decir que anoche no te entraba el sueño
  • Ahora cuando estés en medio de un atasco: no hay motivos para chillar como un energúmeno al coche de delante.
  • Ya no podrás disfrutas de tardes en el sillón abrazando una tarrina de helado con la escusa de estar triste

¿Que será lo próximo?¿mmmm… cariño es que me duele la cabeza?

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Venga no seas timid@, tu opinión cuenta. Dime, ¿sobre qué quieres leer la próxima vez?

La comida y la inteligencia, La comida y el sexo, La comida y las resacas, … Tu mandas.

Si quieres más información visita El aderezo.

 

Brihuega, Restaurante La Peña Bermeja.



Comentarios

5 respuestas a «¿Mala leche? Bébetela!»

  1. Información Bitacoras.com…

    Valora en Bitacoras.com: Últimamente nada te viene bien, parece que el universo está conspirando contra ti. Seguro que eres la única persona que ha demostrado que todas las leyes de Murphy son ciertas, y sobre todo aquella de: “Si algo puede salir ma…..

  2. Avatar de jade verde
    jade verde

    nos gusta que nos ilustreis sobre estos pedacitos de «felicidad al alcance de cualquiera» tan solo necesitamos comer un poco mejor para que el dia nos resulte más azul.gracias por esta informacion.

    1. Si, subestimamos el poder de la comida. Es verdad que no nos va a cambiar radicalmente la cara por comer una cosa u otra, pero puede ayudar a ver las cosas un poco mejor. Un empujoncito le viene bien a cualquiera. ¿verdad?

  3. Avatar de eugenio guardiola
    eugenio guardiola

    Esta carpeta es fantástica y muy orientadora, me interesa mucho cuando diseccionas a nivel molecular lo que nos comemos, creo que es ahí donde reside el futuro de la alimentación. Más ! más!

  4. Opino igual! Si conocemos, aunque sea mínimamente, lo que tenemos entre manos; será más fácil usarlo a nuestro favor, ¿no?

    Creo que en no muchos años no será raro encontrarnos menús emocionales.