Después de las Navidades, con la cuesta de Enero, es sabido que toca apretarse el cinturón, aunque más de uno tendrá que soltárselo ya que tanta comilona habrá pasado factura. Aún recuerdas a tu yo más flaco convenciéndose al principio de las vacaciones de que este año no se dejaría seducir por los cantos de sirena de esos rollizos mazapanes, esas sonrosadas gambas, esos sabrosos cabritillos y por supuesto esos chispeantes champanes . … tan inocentes parecían en sus platos (o sus copas)… tan calladitos… Pero parece ser que tienes superpoderes, y tu super-oído, al más puro estilo Whisper XL, ha conseguido captar aquestas notas zalameras.
Si este no ha sido tu caso, tal vez seas uno de los muchos agraviados por el malentendido de Sus Majestades Los Reyes Magos/ Papa Noel …. ya sabes, eso que querías a toda costa, algo relacinado con el Gordo de Navidad. Hay que andarse con ojo, como dicen, que los deseos pueden llegar a cumplirse.
Sea como sea, la realidad es que ahora estás como loco por volver a tu ‘peso ideal’ (totalmente motivado con eso de comenzar una vida más sana y mejor este año que comienza.) y te agarras, literalmente, a un clavo ardiendo si te dicen que así los kilos desaparecerán.
No es oro todo lo que reluce
Antiguamente existía una dieta mediante la cual comiendo jabón la grasa se neutralizaba. Pero…¡Vuelve aquí! ¿Dónde vas?… Deja ya ese bote de Vanish y sigue leyendo. Dietas absurdas, como esta, hay miles, pero si nos prometen algo que nos interesa ¿por qué no probarlas?… pues muy sencillo: porque te la estás jugando y encima tienes muchas papeletas para que te toque un yo-yo.
Este tipo de dietas nos prometen una pérdida de peso express y sin apenas esfuerzo. Muy bonito el envoltorio, pero al abrirlo descubrimos un desequilibrio de nutrientes, un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, que los kilos vuelven multiplicados y sobre todo la falta de fundamento científico. ¿Te suena la dieta Dukan? (más adelante escribiré un post ahondando en el tema de las «dietas milagrosas»)
Como ya sabrás, aunque no te lo quieras creer, la única forma de evitar estos daños colaterales y no volver a coger esos kilos de mas es manteniendo un estilo de vida saludable: dieta equilibrada y ejercicio regular.
12 Tips para perder peso sin jugártela en la peligrosa senda de las Dietas.
Duerme 7 horas y media, dormir poco (al igual que mucho) puede afectar a tu metabolismo y hacer que te cueste más perder peso o que lo recuperes más rapidamente.
Ojo con saltarse las comidas, nuestro cuerpo está programado genéticamente para acumular grasa ante la duda de no saber cuando volverá a recibir alimento. (ya sabes las recomendadas 5 comidas, que no banquetes)
Come fruta fresca rica en fibra (mejor con piel y todo) y bebe un vaso de agua antes de comer, esto conseguirá saciarte y así no tendrás tanto apetito durante la comida.
Come despacio. El mítico ‘mastica 32 veces antes de tragar’ funciona (aunque nunca nadie lo haya conseguido, jeje) Si comes rápidamente no le darás a tu cuerpo tanto tiempo para segregar las hormonas que te avisan de que estás lleno, con lo cual comerás más de lo necesario.
Come frutos secos (como nueces o almendras) y yogur, que según este estudio ayudan a bajar de peso.
Disminuye el consumo de sal, sustituye esta por especias y consume verduritas y frutas drenantes para sentirte más ligero.
Evita los fritos y las salsas, cocina al vapor, al horno o al microondas.(hay recetas deliciosas)
Aumenta tu actividad física, si haces deporte mejor que mejor, pero no subestimes las calorías que quemas mientras subes las escaleras o juegas con los peques.
Apaga la calefacción. Las calorías que tu cuerpo consume para mantenerte caliente pueden ser tu aliado a la hora de adelgazar. Ahora entiendes mejor el termino caloría, ¿verdad? Ya sabes, este invierno baja un poco la calefacción y seguró que la aguja de la bascula también lo hará. ¡Pruébalo!
Juega a las comiditas, si has leido bien. Ante un antojo, puede ser casi igual de saciante imaginarte comiéndolo que comerlo. Así que la próxima vez que te apetezca chocolate visualizate zampandote una Mega tableta y problema resuelto. 🙂
Evita distracciones cuando comas. Comer viendo la tele, delante de la pantalla del ordenador o jugando puede aumentar nuestro apetito a lo largo del día.
Y lo más importante de todo, si tienes intención de bajar más de tres kilos, pide consejo a tu médico. Ninguna dieta es estándar, cada persona es un mundo.
Ya no tienes excusa. Sabiendo todo esto, con un poco de motivación y un objetivo ponderable puedes conseguir lo que te propones: devolver ese regalito a sus Majestades, que a veces es mejor quedarse uno como estaba.
Ahora, tapar los oidos a los niños, que esto es alto secreto. Tal vez las dietas express sanas no existan y los Reyes sean los padres.