Como no hay dos sin tres, después de los bombones #1 y #2 inevitablemente teníamos que ponerte en bandeja el Bombón #3, era matemático.
Ya sabes de dónde viene y qué tipos hay, hasta ahí todo bien, pero… ¿sabías que el chocolate te manipula a su antojo, que te maneja cual pelele?
Una onza de chocolate no tiene nada de indefensa (tiene sus armas y sabe como usarlas) y tampoco nada de sencilla, en su composición entran en juego unas 600 sustancias químicas. Ahora que lo sabes, mirarás con otros ojos a esa pequeña bomba energética la próxima vez pienses en llevártela a la boca. Como si de un complemento alimenticio se tratara, en su composición encontramos: flavonoides, fósforo, magnesio, hierro, potasio, calcio, vitamina E, tiamina y riboflavina, cafeína, teobromina y taninos, además de antioxidantes naturales. Por esto, no es de extrañar que se diga que puede combatir enfermedades cardiobasculares y el cáncer.
Bueno para el músculo del amor
mmm… parece que poco a poco todos los vicios en cantidades moderadas son buenos (así da gusto). Al igual que el vino, el chocolate contiene fenoles antioxidantes. Estos combaten los radicales libres y retrasan los procesos de envejecimiento celular. Además protegen al organismo de enfermedades cardiovasculares, ya que contiene ácido oleico (ácido graso monoinstaturado) que ayuda a reducir el colesterol malo o LDL. Aunque también contiene ácidos grasos saturados , estos no influirían significativamente sobre el aumento de colesterol total.
… Y para el amor
Fresas y champán no suena nada mal, pero para unas prisas una tabletita de chocolate puede obrar milagros, ya que intensifica la lívido, sobre todo en las mujeres. ¿Cómo lo consigue? pues nuestro ‘inocente’ chocolate activa la circulación sanguínea y libera neurotransmisores como la serotonina, encargada entre otras cosas de producirnos placer. Si a este cóctel molotov conseguimos añadirle dopamina y norepinefrina (otros neurotransmisores), rebosaremos de euforia, placer, satisfacción y deseo…. ¿tú cuerpo pide marcha?
¿Estas Ploch?
Espera que voy al botiquín y te traigo una onza.
Al ingerir chocolate se produce una elevación de la insulina, que conduce a todos los aminoácidos de la sangre hacia los músculos con excepción del triptófano (nuestro viejo amigo), que va al cerebro. Como bien recuerdas, es el precursor de la serotonina (tu cara también me suena, ¿verdad?) . En el cerebro, el triptófano, se transforma en serotonina. La sensación placentera derivará no solo en placer, sino en completa felicidad, ya que junto a la serotonina tenemos beta-endorfinas (también conocida por los neuroquímicos como ‘La llave al paraiso’ , ¡imaginate!)
En las mujeres, la compulsión al consuno de chocolate normalmente fluctúa con los cambios hormonales, justo antes y durante el período menstrual. Esto sugiere un vínculo hormonal y confirma la naturaleza específica del sexo femenino para la adicción al chocolate.
¿No puedes ni con tu alma?
Yo sé lo que necesitas: Pequeños reactores en potencia ricos en hidratos de carbono y grasas, listos para aportes ultra-rápidos de potencia. Vamos, hablando en cristiano, más chocolate p’al body. Aprovéchate de la energía extra procedente de las calorías del chocolate para sobrellevar esos momentos en los que necesitas dar el máximo.
Por si el aporte calórico te parece poco, el chocolate posee estimulantes del sistema nervioso central (van directos al foco del problema, sin rodeos) como la teobromína y la cafeína, que te ayudarán a estar despierto y alerta cuando más lo necesites.
¿Estás de dieta?
¡Pues dale al chocolate!, está claro que no debes deborar tabletas como un loco, pero comer chocolate moderadamente te ayudará, ya que regula la ansiedad y el estrés. Tomarlo dos veces a la semana, nos ayudará a estar más motivados para continuar la dieta. Además, previene la fatiga crónica.
Tantas cosas buenas… pero ya sabes ‘En el equilibrio está la virtud’ , no te pases que te arrepentirás. Así que come chocolate moderadamente, unas dos o tres veces por semana y notarás sus beneficios.
¿Conoces algún otro? No dudes en contárnoslo, estamos encantados de tener más motivos para no parar de comer chocolate 🙂
Más info:
Brihuega, Restaurante La Peña Bermeja.